Los animales de compañía pueden enriquecer nuestras vidas de muchas formas. Ya sea dándonos la bienvenida al llegar a casa, haciéndonos compañía, entreteniéndonos con su juego o simplemente observándola. De hecho, compartir nuestra vida con una mascota es una excelente manera de aumentar la duración y mejorar la calidad de nuestra vida. Es precisamente por esto, que debemos hacer todo lo que podamos para que el animal goce de una vida larga y feliz. Y una buena manera es evitar los errores más comunes que se suele cometer a la hora de criar una mascota.
Adopción o compra impulsiva
Es habitual comprar o adoptar una mascota en fechas señaladas como navidades, los cumpleaños o aniversarios, sin pensar primero que llevar a un animal a casa hay que pensar primero qué es lo que implica convivir con ella y los cuidados que necesitan. Es necesario que toda la familia tome parte en la decisión. Hay que tener en cuenta que es un compromiso de tiempo, dinero y si el tipo de animal es adecuado para la familia.
Comprar en una tienda de mascotas
Hay quien cae en la tentación de comprar una mascota cuando la ve en una tienda. Se la ve tan linda y tierna que uno desea llevárselo a casa.
Perjudicando al animal
Algunos dueños de mascotas las quieren tanto que, a menudo, hacen cosas que sin darse cuenta están perjudicando a sus animales. La mayoría de las veces comienza el primer día que la mascota se une a la familia e inmediatamente se le da libre acceso a la casa. El objetivo es que el animal se sienta como en casa. Pero luego vienen los problemas al morder objetos que no debían. El resultado es que la mascota termina castigada por los errores que comete o se le lleva a refugios para animales o se le abandona. A la larga, es mucho mejor marcar unos límites claros, al igual que con los niños, para ayudar a su mascota a mantenerse segura.
Centrarse más en los castigos
A pesar de lo que la gente ama a sus mascotas, uno de los errores que comete es centrarse en castigar a su animal de compañía, pero no se les recompensa por un buen comportamiento. Por ejemplo, cuando se le grita a un cachorro por hacer sus necesidades en la alfombra, lo que piensan ellos es que al dueño no le gusta ver hacerlo. Así que terminan escondiéndose en algún lugar de la casa para miccionar. Al final el propietario opta por castigarlo. Sin embargo, el resultado no es efectivo y causa efectos secundarios más graves, como dañar la relación con la mascota.
En cambio, si les supervisa, se les enseña y se les recompensa por su comportamiento, evitará que las conductas problemáticas se conviertan en hábitos. Además, reforzará el vínculo con la mascota y mejorará su comportamiento.
Estos son algunos de los errores más habituales, aunque hay otros como no olvidarse de dar de comer a la mascota, dejarla sola dentro de un coche, no limpiar la zona donde habitan o no proporcionarles el ejercicio adecuado. Todo esto daña la relación entre las mascotas y su humano.
Es por eso que un buen veterinario ha de estar preparado para poder aconsejar a los propietarios sobre cómo tratar a tu perro, gato u otro animal que tengas en casa. De este modo, propietario y mascota convivirán más felices.
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