El cambio climático cambia el cerebro de los animales
Estos cambios podrían afectar profundamente a la dinámica del planeta y al ciclo de la vida.
Un nuevo artículo del científico Sean O’Donnel, de la Universidad de Drexel, en Estados Unidos, publicado en la revista The Conversation, revela que el cambio climático puede modificar el cerebro de los animales para adaptarse a las condiciones provocadas por este.
El cambio climático desafía todos los sentidos de los animales
La detección de sentidos de los animales, el procesamiento mental y la dirección de comportamiento, que dependen de las funciones principales del sistema nervioso, actualmente son aspectos críticos para el desarrollo de la vida animal en el planeta Tierra. Esto se debe, según los científicos, a que el cambio climático está afectando a las funciones ligadas al cerebro de los animales.
El aumento de las temperaturas, los rápidos cambios en las precipitaciones y la estacionalidad y acidificación de los océanos están alterando la vida de muchos animales, en concreto sus sistemas nerviosos. Según el artículo de Sean O’Donnell en The Conversation, los cambios de temperatura revolucionan el equilibrio energético de los ecosistemas en todos sus niveles.
Además, los investigadores creen que el cambio climático probablemente desafíe todos los sentidos de los animales, pero también a otras formas de vida, como las plantas que producen energía a partir de la luz solar y a su vez a los animales que se alimentan de esas plantas.
El cambio climático modifica las señales ambientales
Uno de los aspectos en los que el cambio climático afecta más a los animales es la modificación de las señales ambientales. Por ejemplo, los animales dependen de estas señales de la naturaleza para seleccionar un hábitat, encontrar comida o elegir pareja. Un caso muy claro es el de los mosquitos que transmiten parásitos y patógenos, que se orientan en función de la temperatura. Como las temperaturas actualmente se están elevando debido al cambio climático, hay cambios en el dónde y el cuándo estos mosquitos buscan huéspedes, provocando modificaciones en la transmisión de enfermedades.
Otro ejemplo muy común son los cambios en la química del agua de los océanos, que se están acidificando. Como consecuencia, esto afecta al rendimiento cognitivo general de las especies marinas y a sus capacidades sensoriales, lo que afecta al seguimiento de olores en peces de arrecife y tiburones.
Un escenario que produce alteraciones de comportamiento
Otra de las consecuencias negativas del cambio climático en los animales que ha estudiado Sean O’Donnell son las alteraciones en el comportamiento. Por ejemplo, las especies pueden responder a la adversidad climática cambiando de ubicación o modificando su actividad a diferentes horas del día o a nuevas estaciones.
En definitiva, el artículo de O’Donnell en The Conversation concluye que estas nuevas respuestas conductuales de los animales como consecuencia del cambio climático generan una serie de modificaciones en cadena que podrían afectar profundamente a la dinámica del planeta y al ciclo de la vida.