Los gatos son animales curiosos por naturaleza, pero su organismo es mucho más sensible que el de los humanos. Algunos alimentos que resultan inofensivos para nosotros pueden ser altamente tóxicos para ellos. Por ello, en este artículo de la Escuela de Veterinaria de Campus SEAS te contamos cinco de las intoxicaciones alimentarias en los gatos y cómo prevenirlas. ¡Vamos allá!
Intoxicación por chocolate
El chocolate contiene teobromina, una sustancia que los gatos no pueden metabolizar adecuadamente. Cuanto más puro sea el chocolate, mayor será la toxicidad. Un gato intoxicado por chocolate puede presentar vómitos, diarrea y un ritmo cardiaco acelerado. En algunos casos, la intoxicación provoca hiperactividad, temblores y, si la cantidad ingerida es elevada, convulsiones o fallo cardiaco.
Para evitar estos problemas, es fundamental mantener el chocolate fuera del alcance del gato y asegurarse de que no tenga acceso a ningún postre que lo contenga. Si un gato ha ingerido chocolate, es necesario acudir de inmediato al veterinario, que determinará el tratamiento adecuado en función de la cantidad consumida.
Intoxicación por cebolla y ajo
Otra de las intoxicaciones alimentarias en los gatos más comunes es por la cebolla y el ajo, que contienen tiosulfato, una sustancia que puede destruir los glóbulos rojos del gato y provocar anemia hemolítica. La intoxicación no siempre se presenta de forma inmediata, ya que el daño a los glóbulos rojos puede ocurrir progresivamente.
Entre los síntomas más comunes se encuentran la debilidad, el letargo, la falta de apetito y la dificultad para respirar. Un signo característico es el color pálido de las encías debido a la disminución de glóbulos rojos en la sangre.
Además, es importante evitar darle restos de comida que puedan contener cebolla o ajo, tanto crudos como cocidos. Ten en cuenta que, si el gato ha consumido una cantidad importante, es necesario acudir al veterinario para realizar un tratamiento que evite el avance de la anemia.
Intoxicación por uvas y pasas
Las uvas y pasas pueden causar insuficiencia renal aguda en los gatos, aunque aún no se conoce con exactitud qué compuesto es el responsable de la toxicidad. Un gato intoxicado por estos alimentos puede vomitar en las primeras horas tras la ingesta, mostrar falta de apetito y decaimiento.
En los casos más graves, la intoxicación puede derivar en insuficiencia renal, lo que compromete seriamente su vida. Debido a la falta de un nivel seguro de consumo, es mejor evitar que los gatos ingieran estos alimentos en cualquier cantidad. Si existe la sospecha de que han comido uvas o pasas, se debe acudir de inmediato al veterinario, que puede realizar un lavado gástrico y administrar fluidoterapia para reducir el impacto en los riñones.
Intoxicación por productos lácteos
A pesar del mito de que los gatos deben beber leche, muchos de ellos son intolerantes a la lactosa, siendo una de las principales intoxicaciones alimentarias en los gatos. Esto significa que su sistema digestivo no puede descomponer correctamente el azúcar presente en la leche, lo que provoca problemas gastrointestinales.
En cuanto a síntomas, los gatos que han ingerido leche o productos lácteos pueden sufrir diarrea, vómitos, dolor abdominal y flatulencias. Para evitar estos problemas, lo mejor es no ofrecerles leche ni derivados lácteos y optar por alternativas especialmente formuladas para ellos. Si un gato presenta síntomas de intolerancia tras ingerir lácteos, es recomendable vigilar su estado y asegurarse de que se mantenga hidratado. En caso de diarrea persistente o malestar prolongado, se debe acudir al veterinario.
Para terminar, está claro que la prevención es la mejor manera de evitar intoxicaciones alimentarias en los gatos. Mantener los alimentos peligrosos fuera de su alcance y estar atentos a cualquier síntoma de intoxicación puede marcar la diferencia entre una rápida recuperación y un problema de salud grave. Y, ante cualquier sospecha de intoxicación, la mejor opción siempre será acudir al veterinario para garantizar la seguridad y bienestar del gato. ¿Te interesa mucho este tema? ¡Seguro que te encantan los cursos de la Escuela de Veterinaria de Campus SEAS!

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