La hipertensión pulmonar en los gatos es una enfermedad poco común pero grave que afecta los vasos sanguíneos de los pulmones, dificultando el flujo de sangre y aumentando la presión en la arteria pulmonar. Esta condición puede comprometer la oxigenación del cuerpo y provocar insuficiencia cardiaca si no se trata a tiempo. Además, a menudo, la hipertensión pulmonar es secundaria a otras enfermedades subyacentes, por lo que su detección temprana es clave para mejorar la calidad de vida del gato.
Por todo ello, en este artículo de la Escuela de Veterinaria de Campus SEAS te contamos en qué consiste la hipertensión pulmonar en los gatos, cuáles son sus síntomas y cómo se puede tratar. ¡Vamos allá!
¿En qué consiste la hipertensión pulmonar en los gatos?
La hipertensión pulmonar se produce cuando hay una presión anormalmente alta en las arterias que transportan la sangre desde el corazón hasta los pulmones. Esto puede deberse a una resistencia aumentada en los vasos sanguíneos pulmonares, lo que obliga al corazón a trabajar con más fuerza para bombear la sangre.
Las causas más comunes de esta enfermedad en gatos son las siguientes:
- Enfermedades cardiacas, como la miocardiopatía felina.
- Enfermedades respiratorias crónicas, como asma o fibrosis pulmonar.
- Tromboembolismo pulmonar, es decir, la obstrucción de arterias pulmonares por coágulos sanguíneos.
- Parásitos pulmonares que afectan la función respiratoria.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión pulmonar en los gatos?
Los síntomas de la hipertensión pulmonar en los gatos pueden ser sutiles al principio, pero a medida que avanza la enfermedad, el gato mostrará signos evidentes de dificultad respiratoria y malestar. Es importante estar atentos a las siguientes señales:
- Dificultad para respirar (disnea): el gato puede respirar con la boca abierta, jadear o parecer agotado incluso sin hacer esfuerzo.
- Cianosis (coloración azulada de las mucosas): la falta de oxígeno en la sangre puede hacer que las encías y la lengua del gato adquieran un tono azulado.
- Desmayos o debilidad repentina: el esfuerzo que debe hacer el corazón puede llevar a episodios de síncope, especialmente después de actividad física.
- Intolerancia al ejercicio y letargo: el gato puede evitar moverse o jugar debido a la falta de energía y al esfuerzo que requiere respirar correctamente.
Si notas alguno de estos síntomas en tu gato, es fundamental acudir al veterinario cuanto antes.
¿Cómo tratar la hipertensión pulmonar en los gatos?
El tratamiento de la hipertensión pulmonar en gatos depende de la causa subyacente y la gravedad del caso. El veterinario puede recomendar una combinación de medicamentos y cambios en el estilo de vida para mejorar la calidad de vida del gato. Entre los posibles tratamientos se encuentran los siguientes:
- Vasodilatadores pulmonares: medicamentos como el sildenafilo ayudan a reducir la presión en las arterias pulmonares y facilitan la circulación sanguínea.
- Oxigenoterapia: en casos graves, puede ser necesario administrar oxígeno para aliviar la dificultad respiratoria y mejorar la oxigenación de los tejidos.
- Diuréticos: si hay acumulación de líquidos en los pulmones, los diuréticos pueden ayudar a reducir la presión y mejorar la respiración.
- Control de la enfermedad subyacente: tratar problemas cardiacos, enfermedades pulmonares o infecciones parasitarias es clave para controlar la hipertensión pulmonar.
En definitiva, la hipertensión pulmonar en gatos es una enfermedad seria que puede comprometer su salud si no se detecta a tiempo. Sin embargo, con un diagnóstico adecuado y el tratamiento correcto, es posible mejorar la calidad de vida del felino y ayudarlo a vivir con mayor comodidad. Y en el caso de que te encante el cuidado de los animales, seguro que te interesan los cursos de la Escuela de Veterinaria de Campus SEAS. ¡Échales un vistazo!

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