Gracias a un estudio sobre los nueve cerebros de los pulpos, uno central y ocho periféricos, los científicos han confirmado lo que ya se intuía: son animales extraordinarios. De hecho, se encuentran entre los animales más inteligentes del planeta, ya que son capaces de aprender rápidamente, procesar información, memorizarla y aplicarla en función de sus necesidades.
Así se hizo el estudio
Los pulpos son animales muy particulares, ya que no tienen esqueleto, pero sí ocho brazos flexibles, cuyas actividades sensoriales y motoras son autónomas y coordinadas por un complejo sistema nervioso central. Además, su cerebro está compuesto por un gran número de neuronas que se organizan en lóbulos.
En cuanto a la forma en la que se realizó el estudio, como los pulpos no tienen una estructura dura a la que se pueda anclar el equipo de grabación y usan sus ocho brazos para eliminar cualquier objeto pegado a su cuerpo, se usaron registradores de datos muy pequeños y ligeros para implantar electrodos en el sistema de lóbulo vertical. De hecho, estos dispositivos fueron diseñados originalmente para rastrear la actividad cerebral de las aves durante el vuelo.
Este estudio, realizado por la Unidad de Física y Biología del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa y que se ha publicado en Current Biology, fue realizado gracias a 12 horas de grabación continua. Además, se adaptaron los dispositivos para hacerlos impermeables y las baterías para que funcionaran en un ambiente con poco aire.
El gran pulpo azul, el elegido para el estudio
La especie elegida para realizar el estudio de las ondas cerebrales de los pulpos fue el gran pulpo azul o pulpo del día (Octopus cyanea), ya que tiene un tamaño mayor que otras especies. El procedimiento fue anestesiar a tres pulpos para implantar los registradores en una cavidad de la pared muscular del manto. Después, se implantaron electrodos en el lóbulo vertical y lóbulo frontal superior medio, que son las zonas más accesibles y se cree que son regiones del cerebro importantes para el aprendizaje visual y la memoria.
Así, se pudo registrar su actividad cerebral durante un total de doce horas, sin necesidad de tenerlos atados o anestesiados. Toda esta actividad se registró mientras comían, dormían y se movían, a la vez que se sincronizaron con imágenes de vídeo de su comportamiento.
Conclusiones del estudio
Gracias a este estudio, que los investigadores califican como un primer paso, pero fundamental, se han podido vincular los patrones de actividad cerebral con comportamientos específicos que se pueden ver en los vídeos. Además, este estudio da pistas sobre “los principios comunes necesarios para que ocurra la inteligencia y la cognición”.
Como el área del cerebro que se está estudiando está relacionada con el aprendizaje y la memoria, en el futuro tienen el objetivo de hacer tareas de memoria repetitivas con los pulpos, con el fin de descubrir la forma en la que los pulpos aprenden, socializan y controlan los movimientos de su cuerpo.
Para terminar, todo parece indicar que los pulpos son realmente animales muy inteligentes y que se ha encontrado el camino para seguir haciendo nuevos descubrimientos al respecto. Además, todos los apasionados de los animales pueden formarse en la Escuela de Veterinaria de Campus SEAS para dedicarse profesionalmente a ello.
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